Formas de Vestir.
Los primeros antecedentes tienen su origen incluso desde antes de la presencia musulmana en el siglo VIII. La evolución en cuanto a las prendas se produce al parejo con el incipiente desarrollo social hasta el siglo XVIII.
Los árabes dejaron su huella en el vestir en Islas Canarias al aportar la industria de la seda y el cultivo del algodón. Poco a poco fueron ganando espacio, como parte de los vestuarios, el gorro de marinero, peinetas, capas y capotes. Mientras que de los árabes se abrieron paso las camisas, calzoncillos, mantillas, mantos, tocas, fajines y los pañuelos de cabeza.
De más atrás en el tiempo se cuentan los sombreros, capotillos, polainas, justillos o corpiños, sayas, refajos y delantales, hasta los zapatos, chaquetas, calzones y enaguas.
En la actualidad para momentos determinados se usan los llamados trajes rituales, digamos para eventos de carácter religioso o profano.
Para enfrentar la vida diaria los canarios mantienen la plena vigencia de los trajes típicos o la vestimenta acorde al clima reinante, siempre en fallidos o efectivos desafíos que lanzan retos a la modernidad.